El IFAPA clausura en Loja la VI edición de la Escuela de Pastores de Andalucía
"Que esta raza en peligro de extinción no se acabe nunca", demandaba Francisco Chánez, un joven que ha estado estos meses preparándose para iniciar su gran ilusión: trabajar como pastor. Como él, otros 17 jóvenes andaluces llevan desde abril formándose en todo aquello que rodea a la crianza y cuidado del ganado, una tarea difícil y constante que complica el relevo generacional del sector. Para ello surgió hace seis años la Escuela de Pastores, una iniciativa del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de la Junta de Andalucía con la colaboración del GDR del Poniente Granadino. Este año se ha desarrollado en Loja, al abrigo de otra raza -esta sí de verdad- en peligro de extinción. "Hay que intentar desatascar el sector y necesita de vuestra juventud", les animaba el presidente de asociación de criadores de la Raza Ovina Lojeña, que ha sido la anfitriona de esa sexta edición.
La clausura de esta escuela pastoril servía esta tarde para hacer balance de la iniciativa formativa. "Nos damos por satisfechos si los objetivos se han cumplido: fomentar el emprendimiento y sensibilizar sobre el papel social y medioambiental del pastor", destacaba en la despedida el presidente del IFAPA, Jerónimo José Pérez. Pero, además de recordar lo aprendido, la nueva generación de pastores se mostraba tan ilusionada como crítica. "Hemos tenido unos profesores extraordinarios y nos llevamos un magnífico ambiente entre los compañeros. Pero creemos que se necesitan acciones reales de las administraciones, que nos faciliten a los que empezamos el acceso a la tierra", recalcaba Francisco en nombre de sus compañeros.